martes, 9 de enero de 2018

Pensando en alto: XBI

El café está humeantes y mientras los troncos de encina dibujan llameantes figuras  recordamos, hablamos y nos da para soltar unas muecas de sonrisas. La vida ya es larga, ya contamos por el paso de muchos años las acumuladas anécdotas. Es el ambiente del salón de la Casa Rural Santa Elena el que nos embarga en un soporífero baño de recuerdos. Su lumbre, su ambiente, su embaucador lugar junto a las lagunas hace que el tiempo pase, y como si de un sueño se tratará surge la voz que pone realidad a esta mañana del 7 de enero de 2018, - ¡Vamos fuera!, que no podemos dejarnos llevar por este agradable calorcico, que hoy toca el bañarnos-

No hay agua en las lagunas, la sequedad extrema nos ha llevado a una situación caótica donde el agua se nos hace una angustiosa necesidad, pero nuestro invernal acto lagunar ha de sobreponerse a cualquier desavenida situación, porque somos quienes somos y queremos lo que queremos: Visualizar y ensalzar esta parte de los Humedales Manchegos como  parte importante de sus conjunto.

Las Calderetas y los cubos van a simbolizar un tradicional acto que llevamos durante diez años. Este año se hace un poco más duro: sorprendente frio, acompañado de un viento gélido que junto al agua de una caldereta cubrirán nuestros desnudos cuerpos bajo un manto de agua arrojado por impertérritos cubos metálicos y a las espaldas unas lagunas sin agua.

El rito se ha consumado y la Casa Rural Santa Elena, fiel a la tradición, riega el interior del cuerpo con suculentos caldos que luchan por expulsar las tiriteras de los locos bañistas, otrora desnudos a la intemperie. Al fondo las lagunas de Villafranca, secas, casi secas,… sin agua, agonizantes y veladas por plañideras garzas.

Innegable es que la situación de las lagunas de Villafranca son críticas, asomando al agónico deterioro de un mal que tiene apaño, porque está identificado y se sabe de su medicina:
1.- Que la naturaleza de fin a este azote de sequedad, quizás esta, estimulada por la voracidad desmedida de todos y todas los y las humanos.
2.- Que el río Cigüela vuelva a llenar su cauce de agua, corra con su lento brío de lentas aguas y que vaya inundando sus aledaños márgenes, a pesar de haber sido sometido a una loca intervención humana que dañinamente ha socavado el fluir de las aguas en su natural.
3.-Punto que estamos solicos. Que entre el agua que en Derecho Natural deba entrar en las lagunas y sus dehesas, agua  vilmente esquilmada por torpes normas que mancillan el derecho histórico de verter agua e inundar esta extensión del río Cigüela que durante años ha hecho vivir esta otro humedal manchego.


Tres puntos necesario e imprescindible para mantener este milenario ecosistema, pero tristemente hay un grave problema y es que si la naturaleza es generosa en sus lluvias y el río  revive su poderoso cauce, existe ese tercer punto del lado oscuro que otros están dispuesto a negarnos, y si nosotros estamos dispuesto a tolerar a que esto así ocurra, estamos abocados a escribir la más triste historias que ninguna otra generación lagunera jamás se hubiera atrevido a tolerar.
Entre uno y otro o lo que es el de arriba y el de abajo, median más de cincuenta años.

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