viernes, 10 de octubre de 2014

Vereda de la Estrella


"Los sentimientos, es esa sin razón de afectos, de cariños, de espacios que ocupan el alma. Son de efectos acumulativos, dentro de un alma que no tiene límite. Los seres vivos los dan y reciben llenando un alma sin fin y sin medida.
Pero un buen día “como bicho inquieto” ilumina el cielo bajo los destellos de la estrella más brillantes para con fuerza dar sentido a esa sin razón, que generosamente se ha depositado en el alma sin límite y sin medida."

Los principios de otoño han marcado el inicio rutero. Esta vez, vía Andalucía desembarcábamos en Güejar. Aquí se establece el campo base.

Una antigua vía de tranvía abre un estrecho paso de asfalto para llegar a un parking. Aquí la clave está en madrugar, sino, media vuelta y busca en el pueblo el alquiler de un vehículo que te deje en el escaso espacio que desemboca la estrecha vía.

La Estrella da nombre a una antigua mina de minerales, que para su explotación se creó la vereda  que actualmente esta transitada por muchos ruteros. El itinerario elegido fue el apropiado para el nutrido grupo (Veintidós) de diferentes niveles.

Surcamos estrechas vías del alto Genil, siempre al fondo se mostraron majestosos los tres tresmiles: Alcazaba. Mulhacén y Veleta, siempre ronroneado por el romper del agua entre las rocas.

Una y otra vez se preguntaba y se respondía para  ubicar con certeza los majestuosos tres tresmiles.

Buen ambiente y bromas, tras el justo esfuerzo que dejo los músculos  preparados para la próxima.

Una vuelta de alterados  y alegres comentarios, rotos por el congojoso sonido de una lágrima  que anuncia que una nueva estrella da grandes destellos de sentimientos de sin razón.

NOTA: Si algún incomprendido sentimiento encuentras, está dedicado a Zoco, un simple perro.

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